Han pasado casi 6 meses desde que el Gobierno de España declarara el Estado de Alarma lo que obligaba a los ciudadanos a realizar confinamiento en sus hogares y limitaba la movilidad al mínimo, todo con el objetivo de frenar la expansión de la pandemia ocasionada por el COVID-19.
Esta situación obligó a plantearse una nueva modalidad de trabajo en la cultura laboral española con la finalidad de mantener las actividades económicas y evitar que el colapso fuera aún mayor. Fue así como millones de trabajadores comenzamos a desempeñar el teletrabajo, una actividad hasta hace poco desconocida por la mayoría, pero que en otras regiones del mundo ya tenía cabida y había demostrado su efectividad, no solo en aspectos relacionados con la economía y productividad laboral, sino también con la conciliación familiar.
El impacto del teletrabajo
El teletrabajo como hemos dicho anteriormente, ha ayudado a mantener el sistema económico en marcha, al menos en los sectores esenciales. Sin embargo, ahora que los procesos de desescalada se comienzan a presentar, muchos se preguntan si esta modalidad de trabajo continuará, y si formará parte de la cultura corporativa de las empresas en la era Post COVID-19.
Cierto es, que para poder implementar de forma correcta el teletrabajo, se debe preparar a los trabajadores para poder desempeñarse correctamente en esta modalidad de actividad (la crisis derivada del COVID-19 obligó a la mayoría de las empresas a enviar a sus trabajadores a teletrabajar sin formarlos en técnicas correctas de desempeño de esta actividad, simplemente, y por desgracia, no había tiempo de reacción).
Sin embargo, ahora que poco a poco se vuelve a la “nueva normalidad”, muchos nos preguntamos ¿Porqué renunciar al teletrabajo ahora que lo hemos experimentado (aunque sea de manera forzada)? Para poder responder a esta interrogante, hay que tener en cuenta los pros y los contras de esta actividad.
Ventajas del teletrabajo
Son muchas las ventajas, y todas giran en torno a la compatibilidad de la vida labora y profesional, con nuestra esfera familiar y social. Y cierto es, el teletrabajo conlleva ahorros en tiempos de traslado a nuestros sitios de trabajo, tiempo que puede ser invertido en compatibilizar nuestra vida en todas sus facetas, incluyendo entre ellas, y tal como hemos dicho antes, la familiar y social.
Así mismo, existe también un ahorro económico, al evitarse los costes de transporte derivados de nuestra asistir a nuestro puesto de trabajo a realizar nuestra actividad laboral; y de alimentación en caso de tener que comer fuera de casa.
Los beneficios son tangibles sin lugar a dudas, pero también es importante mencionar que existen ciertos aspectos negativos vinculados al teletrabajo y que es importante saberlos para poder tener una visión más “holística” o “amplia” de la situación.
Desventajas del teletrabajo
Aunque ya se hablado mucho de ellas, es importante dejar claro los aspectos psicológicos negativos que conlleva el sentimiento de desconexión que algunas veces el trabajador puede sentir en relación a la empresa. Y es este sentimiento de desconexión el que sea el causante del aumento de la rotación de empleados en las compañías en un 13% (según datos recabados en empresas que han aplicado anteriormente el teletrabajo como parte de sus beneficios laborales).
Y esto último tiene lógica, pues el 41% de los trabajadores no se siente conectado con sus compañeros de equipo cuando trabajan de manera remota y el 26% de ellos se siente aislado totalmente a causa del teletrabajo (La Razón, 2020); una situación que puede romper cualquier vínculo emocional con la empresa y hace más fácil el tomar la decisión de marcharse (no hay identificación con la cultura y valores de la empresa, no se sienten “parte de ella”).
Lo cierto es, que este replanteamiento laboral hubiera sido muy difícil implementarlo sin el propio confinamiento y las medidas gubernamentales obligatorias. Pues los gobiernos, en todos los niveles, han estipulado que, si es posible, los trabajadores deben de realizar el teletrabajo y evitar los desplazamientos a sus centros de trabajo. Porque la “nueva normalidad” no garantiza que este exenta de que se presenten más contagios como los que hemos vivido durante este tiempo del estado de alarma.
Futuro del teletrabajo en España
Es evidente para el Gobierno el futuro laboral de España tiene que contemplar de ahora en adelante la modalidad del teletrabajo. Ya sea por darle una mejor base legal o por normalizarlo ante el temor de nuevos rebrotes de Covid-19 o cualquier otra situación de emergencia que se pueda llegar a vivir y presentar en el futuro. Por esto mismo, el Ministerio de Trabajo ya ha indicado que se encuentra en fase de desarrollo una reforma legislativa al artículo 13 del Estatuto de los Trabajadores, que apoye y contemple al teletrabajo, subsanando todos los agujeros legales que puedan existir.
Sin embargo, el futuro real de la situación laboral, no solo en España, si no en la Unión Europea, debe contemplar un modelo mixto, en donde la presencialidad y el trabajo remoto coexistan de manera correcta. La vinculación directa con la empresa y con el medio ambiente laboral de los trabajadores debe seguir existiendo por razones de salud laboral y psicológica; por lo tanto, el teletrabajo debe ser visto como una opción viable (en ciertos periodos de nuestro tiempo dedicado a actividades laborales) en un momento donde existen grandes cambios en la realidad laboral, para compaginar nuestra vida profesional con la vida familiar y nuestro círculo social.